sábado, octubre 29, 2005

Peripecio quedó en18ado!




¡Como quisiera que ya fueran las 5 para poder irme de la ofi…! Es que la resaca del 18 aun esta afectándome, no solo es la jaqueca, sino que además parece que hubiese engordado unos 5 kilos, porque el pantalón me apreta en la cintura y eso me produce, aparte del sentimiento de culpa, un dolor de guata….Es que yo creo que esta fiesta debería llamarse Dichoso en vez de Dieciocho, porque es cosa de ver al chileno feliz comiendo de un cuanto hay en la parrilla, desde guachalomo hasta chunchules, sin olvidar los anticuchos, choripanes, empanadas con el infaltable pebre, cuchareado o no. Cuento aparte es el acompañamiento liquido, que en estas fechas además de nuestro exquisi-tinto, solito, chambreado o navegado, se agregan la chicha, los ponches de fruta o cleris, los colémonos según receta de la abuelita, las chelas con limón o sin y demás brebajes etílicos, la cosa es estar contento, guatita llena……

Dichoso este 18, después del juego de la rayuela, el emboque, el trompo, la pichanga con los cabros chicos y el elevar un buen volantín chupete. Para que vamos a hablar de las patitas de cueca, ya sea nortina o chilota, la raspa y la foránea cumbia, que se arraigo en nuestro pueblo porque es mas fácil bailarla que el baile nacional y no se necesita pañuelo no desechable, prenda absolutamente obsoleta y que a casi nadie le importa que sea de genero, excepto en estas fechas.

Dichoso el empleado de buenas empresas que con el suculento aguinaldo bajo la manga, se atreve a armar la ramada debajo del parrón e invita a toda la parentela y vecinos del barrio, ¡lastima que son los menos!, no se si por falta de buenas empresas o buenos parrones…..

Para mi este dichoso 18 no estuvo falto de mis increíbles peripecias- ¿a quien se le ocurre ir a ver un rodeo a Colliguay? – pues a mi!, subí despacito la cuesta de la M, pero bajarla es otra cosa!, a la hora de la vuelta estaban todos los chóferes faltos al calculo, no porque sus pasajeros viniesen cantando “ que grande que viene el río…que grande se va la mar…” , ni por tanto tiquitiquití tiquitiquitá , yo creo que es por demasiada “gasolina” en la ponchera. Bueno, la cosa es que mi auto se fue barranco abajo después de una patinada en la tierra suelta y quedó pa´la historia!

Es que soy tan re-porfiado!, yo estoy absolutamente convencido de que si mi auto estuviese asegurado no me llamarían Don Peripecio, por las tantas aventuras vividas entre talleres y compras de repuestos para arreglar los condoritos . En fin, de la media-luna a la busqueda de una grúa para llevar lo que quedo de mi autito, en contraste a lo que hubiese sido la reposición de un auto nuevito por la Aseguradora, después de un veredicto del Liquidador de: “Perdida Total”…

Luego de perder el gustito de haber comido pan amasado con chicharrones, leche al pie de la vaca, mientras contemplaba una carrera de ensacados y haberme reído hasta el llanto al ver a los guasos chicos caerse en el barro, tratando de llegar primero a la improvisada meta, fijada con un par de grandes piedras sobre un campo baldío con noria de costado, al día siguiente, el 19, le prometí a San Expedito que tan pronto repare mi auto (si es que vale la pena, una vez que el taller me cotice la reparación de los daños) , lo primero que voy a hacer es tomar un buen seguro.


Aunque faltan 5 minutos para que termine mi horario, tengo que irme, sin auto tardo 40 a 45 minutos mas en llegar a mi “peto” (tradúzcase, departamento chico y bien arriba, tal como la prenda femenina)

Ya les contaré si es que aprendo algo nuevo, una vez que me den la consabida Lista de repuestos, que cual Lista escolar tendré que cotizar y re-buscar para ahorrarme unos cuantos pesitos y no tener que asaltar alguna de las tarjetas de crédito que guardo para emergencias

Ah me olvidaba ¡, yo creo que lo que me cayo mal en realidad fue el causeo de patitas de chancho con salsa verde que me comí ayer con mi compadre ! -Y… ¿a ti te gustan las patitas de chancho? - me preguntó antes de servirme un suculento plato de entrada, tipin 2 de la tarde, acompañado de un Viejo Roble de antigua cosecha, y siguió un puré picante con costillar de chancho ahumado, rematando con mote con huesillo bien helado. ¡Michhh ¡ la preguntita de mi cumpa….



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